Cuáles son los prospectos que tú, oh José Rovira, habrás leído a lo largo de tu experiencia. Cuánta ciencia ficción, cuánta ensoñación posgradual. Tú has visto morir no una, muchas estrellas en el cielo de Orión. Imagino que no es el primer año que mandas realizar esta práctica. ¿El alumnado de cada promoción del máster pecaba de utópico, de distópico, o era simplemente optimista, pesimista, sin optar a grandes cambios?
Hay tantas direcciones que
esta práctica podría tomar. Son solo 8 años. Qué sentiría George Orwell de
estar vivo en 1984, y ver el burlón anuncio que Apple emitió en las olimpiadas…
Pero yo no soy tan megalómano
como para compararme con él. Vamos a ver. Simplemente creo que el modo de
enseñar ha cambiado, ligeramente. La historia es tan cíclica y constante. Ahora
mismo, los centros educativos han sido invadidos por una nueva generación de
docentes, dispuestos a impartir contenidos diferentes, mediante diferentes
metodologías. Si nos vamos a lo distópico, el docente buscará que el alumnado
goce al máximo aprendiendo, lo ubicará en un Mundo Feliz donde el aprendizaje
no requiera al alumno el esfuerzo de aplicarse a la memorización. La docencia
será entretenimiento, el conocimiento la vía más fácil hacia la felicidad,
cuando hasta ahora era la más difícil. Cuánto tendría que pasar, en ocho años.
Imagino que los estudios se
especializarán, y destinarán directamente a la formación centrada en un trabajo
específico. Aquí en España, la FP perderá su desprestigio, progresivamente, a
medida que se rompe el mito de que una educación superior promete una mejor
calidad de vida. Ante tal exceso de titulados, los trabajadores de un futuro
próximo perderán esa formación y cultura generalizada a favor de una mayor
destreza práctica en sus campos respectivos.
Descenso en el paro, descenso
de la capacidad crítica de la población. Estará más desconectada de su pasado, más
aún de lo que ya lo está. Olvidaremos que la historia es cíclica y cíclicamente
volverá la distopía, nacida de la incapacidad crítica de los ciudadanos.
Y colorín colorado, la
humanidad se ha acabado. Nah, volverán los tiempos felices. Otro día, que
estaré de mejor humor, escribiré desde una perspectiva utópica. Abur.
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