¡Buenos días, compañeros y compañeras de #INVTICUA22!
Para mi trabajo de TEO, creé un hilo en Twitter sobre la conferencia de Gemma Lluch en la que exponía los criterios que consideraba necesarios para la selección de libros para LIJ. Os adjunto aquí el hilo:
¡Hola compis #INVTICUA22! Para la práctica TEO voy a
realizar un hilo hablando de la conferencia de 2014 de Gemma Lluch sobre los
criterios para seleccionar libros para adolescentes (literarios y no
literarios): https://www.youtube.com/watch?v=32HGbv_hM0c
Primero
quiero hablar de quién es @Gemmalluch a través de la información de su página
web (http://www.gemmalluch.com/esp/quien-soy/). Tanto mis compis del MAES como yo hemos
oído su nombre en varias ocasiones, ya que es Catedrática de la UV de la
Facultad de Filología, Traducción y Comunicación. Imparte docencia en el grado
de Filología Catalana y en varios másters. Ha participado en muchos proyectos
de investigación y ha publicado en revistas como Quaderns de Filologia,
así como 17 obras completas.
El
seminario del que voy a reflexionar consiste en una de sus líneas de
investigación más profusas: la selección de lecturas para niños y jóvenes. Ha
publicado libros como «Cómo reconocer los buenos libros para niños y jóvenes»
(Colombia, 2006-2009) o «Cómo seleccionar libros para niños y jóvenes» (2010).
La
búsqueda de los «libros perfectos» para formar a nuestro alumnado como futuros
lectores competentes es un quebradero de cabeza sobre el cual se lleva
estudiando e investigando décadas. Lluch parte de tres puntos para vertebrar su
seminario: La necesidad de establecer estos criterios, cómo son estos criterios
-o a qué nos tienen que ayudar- y cuáles son.
En
primer lugar, se establece la prohibición de vincular estos criterios con un
encorsetamiento que prohíba ciertas lecturas o ciertos tipos de textos.
Consideramos estos criterios como una guía que, como profesores (o padres) nos
pueden servir de punto de partida sobre el que discutir y dialogar,
adaptándonos a las necesidades de nuestros jóvenes.
Establecer unos criterios, por ejemplo, en el
caso de los clubs de lectura, nos puede servir a orientarnos como los
mediadores de estas lecturas, para formar a jóvenes (y a nosotros mismos) como
lectores críticos, rentabilizar los presupuestos, objetivar las decisiones
tomadas y, por supuesto, compartir opiniones. Así, abrimos nuestro abanico de
opciones y lograremos dialogar con autores de otros tiempos y países, entender
otras lecturas e, incluso, leer desde varios puntos de vista que anteriormente
no nos habíamos planteado.
Hay diversos criterios (tantos que no caben
en 140 caracteres), pero van desde la edad, el origen del autor/a, los temas
tratados, los valores inculcados, etc. A partir de aquí, Lluch reflexiona sobre
los relatos paraliterarios.
El término paraliteratura está entendido, en
este contexto, como obras planteadas-diseñadas-publicadas para ser grandes
éxitos de ventas. Todas ellas se erigen en un mismo universo ficcional, tienen
una estructura narrativa similar y las protagonistas comparten rasgos
evidentes.
A raíz de este denominador común planteado a
través de la saga Crepúsculo, se comenzaron a poner de moda las distopías (Los
juegos del hambre, Divergente, Delirium...) que considero que son una buena
lectura de entretenimiento para los jóvenes de hoy, a los que les ha tocado
vivir una verdadera distopía desoladora tras la pandemia Covid-19.
En conclusión, Lluch (http://www.gemmalluch.com/esp/quien-soy/) nos
hace entender la selección de criterios de lectura para jóvenes desde una
visión periférica y alejada de nuestro ego, comprendiendo que nuestros gustos
personales no son universales y poniéndonos en el lugar de nuestros
lectores-alumnos.
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